“Hogares eficientes para todos” en los tiempos del Superbonus

Traduzione
Sara Bargiacchi
Scritto da
Paolo Di Gennaro

Todos tenemos claro que el año 2020 fue un punto de inflexión en la historia contemporánea. En Italia, sin embargo, no sólo la crisis pandémica o el ansiado crecimiento de una conciencia sostenible madura han contribuido al cambio de rumbo. Aunque en un principio se tuvo poco en cuenta, el Superbonus 110% fue adquiriendo cada vez más relevancia. Todo comenzó con el artículo 119 del Decreto Ley nº 34/2020, más conocido como Decreto de Relanzamiento. Esto introdujo en el sistema legal un 110% de deducciones fiscales por medidas de eficiencia energética y reducción del riesgo sísmico. Sin embargo, tras las numerosas polémicas en torno al decreto, los aplazamientos de su fecha de caducidad que renuevan periódicamente su vigencia y los intentos de racionalizar la complejidad burocrática que lo caracteriza, ¿en qué punto nos encontramos? Veamos juntos lo que significa garantizar “hogares eficientes para todos” en los tiempos del Superbonus!

Aclaremos, ¿cuáles son los bonos de construcción disponibles hoy en día y qué los distingue?

Entre el Superbonus del 110%, el Ecobonus del 65%, el Bono Renovación, el Sismabonus y el Bono Mobiliario, el riesgo de confundirse es alto. Al igual que la tentación de querer reconstruir la propia casa con incentivos ecosostenibles puede llegar a ser engañosa. Ya hemos hablado de ello con motivo del modelo de casa ecológica presentado por BioCasa82. Pero, ¿cuáles son las oportunidades actuales para convertir los edificios antiguos en construcciones eficientes que garanticen una vida más sana y menos perjudicial para el medio ambiente?

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“Hogares eficientes para todos” en los tiempos del Superbonus

Hasta la fecha, existen tres soluciones principales. Ecobonus ofrece una deducción en los trabajos de recalificación energética de los edificios. Sismabonus prevé una deducción fiscal del 110% en las obras antisísmicas de las viviendas alquiladas en las zonas de riesgo sísmico 1, 2 y 3. Por último, el Superbonus supone la deducción total en todas las obras de mejora antisísmica y energética. Una especie de integración de Sismabonus y Ecobonus.

En cualquier caso, en todas las soluciones es posible elevar la deducción fiscal al 110% si se realiza una de las dos intervenciones que, en la jerga, se definen como “líderes”. Se trata del aislamiento térmico interior o exterior y la sustitución de los sistemas de aire acondicionado de invierno existentes por bombas de calor. También están las denominadas intervenciones líderes. Es decir, la instalación de sistemas fotovoltaicos e infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos en los edificios. Además, todas las obras realizadas deben garantizar la mejora de al menos dos clases energéticas del edificio; con la confirmación del certificado A.P.E. emitido por un técnico cualificado.

¿Cuáles son los plazos establecidos?

Como se ha hecho notorio debido a las numerosas polémicas suscitadas, el decreto de relanzamiento había previsto inicialmente que el Superbonus del 110% expirara el 31 de diciembre de 2021. Pero, afortunadamente para la mayoría, las recientes intervenciones normativas han pospuesto el plazo. Específicamente:

  • 30 de junio de 2022 para las intervenciones en edificios unifamiliares o unidades inmobiliarias realizadas por particulares, fuera del ejercicio de la actividad empresarial, artística o profesional. Sólo si en esa fecha se ha realizado al menos el 60% del total de las obras, el Superbonus se prorroga hasta el 31 de diciembre de 2022;
  • 31 Diciembre de 2022 para los condominios;
  • 30 de junio de 2023 para las entidades, instituciones y empresas que cumplan los requisitos de la legislación europea sobre «in house providing». También en este caso, si se ha realizado al menos el 60% del total de las obras en la fecha establecida, se debe deducir también los gastos realizados hasta el 31 de diciembre de 2023.

Además, según la nota de actualización del DEF (Nadef) aprobada por el Consejo de Ministros presidido por Draghi, la prórroga del Superbono del 110% hasta 2023 podría ampliarse hasta 2024.

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“Hogares eficientes para todos” en los tiempos del Superbonus

En cuanto a los datos, ¿cuántos lo utilizan?

Las estadísticas nacionales parciales, publicadas por ENEA el 21 de abril de 2021, habían puesto de manifiesto todas las criticidades en el uso del Superbono del 110%. Sin embargo, el 1 de septiembre de 2021, la ENEA publicó nuevos datos que son un buen augurio. Con la aclaración de que la misma se actualizará mensualmente, por ahora no se verifica realmente, hace saber ENEA:

  • el número de declaraciones juradas cargadas en el sitio web específico;
  • el valor absoluto de las inversiones con derecho a deducción;
  • valores absolutos y porcentuales de las obras ya realizadas;
  • obras relativas a condominios, edificios unifamiliares y unidades de edificios independientes.

Mientras que en junio había 19.000 edificios acogidos al Superbonus, que pasaron a ser 24.000 a principios de julio de 2021, en agosto ENEA registró 37.128 obras abiertas, desglosadas de la siguiente manera: 19.072 edificios unifamiliares, 13.212 viviendas independientes y 4.844 edificios en propiedad horizontal.

Pero, ¿dónde se utiliza mayoritariamente el Superbonus en Italia? Con más de 5.000 intervenciones, Lombardía ocupa el primer lugar, seguida de Véneto y Lacio, con 4.628 y 3.704 edificios cubiertos por los incentivos, respectivamente. El Valle de Aosta, Molise y Liguria son las regiones con menor número de intervenciones subvencionadas, aunque el número de prácticas en agosto haya aumentado en mayo. En cuanto a la inversión media para realizar las obras, a 31 de agosto de 2021 ésta marcaba 547.191,22 euros en las comunidades de propietarios, 98.264,01 euros en los edificios unifamiliares y 87.833,11 euros en los edificios en unidades funcionalmente independientes.

¿Cuál es entonces el valor de estos incentivos?

En un país como Italia, con un parque inmobiliario envejecido, hacer que los edificios sean seguros y eficientes es una gran oportunidad para el sector de la construcción. Basta pensar que edificios históricos construidos hace siglos y que aún mantienen su solidez estructural conviven con edificios de menos de 50 años, mostrando toda su fragilidad.

Por desgracia, el ‘mantenimiento planificado’ ha sido durante mucho tiempo sólo un eslogan político. La decadencia de los edificios y el desgaste de las fachadas son sólo el efecto evidente de años de abandono. No es casualidad que sólo en las trágicas ocasiones de catástrofes meteorológicas y eventos sísmicos el problema se haga evidente.

Por eso, las ventajas de una intervención masiva destinada a ahorrar energía y hacer que los edificios sean seguros son muchas. Primero, se garantiza la posibilidad de vivir en un entorno más sano y seguro para más grupos sociales. La renovación del aislamiento, la sustitución de las calderas y las ventanas por soluciones de alto rendimiento garantizan una mejora inmediata de la calidad de vida en el interior del edificio. Así como el ahorro en las facturas de los servicios públicos, gracias al menor consumo de energía de la calefacción. Aunque parezca secundario, la seguridad es crucial en un país con un alto riesgo sísmico como el nuestro. Con ello, el Estado ha dado una primera señal importante al respecto, concediendo unos 96.000 euros a diversos tipos de inmuebles para intervenciones antisísmicas. Todo ello sin obligar a los ocupantes a abandonar sus hogares.

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“Hogares eficientes para todos” en los tiempos del Superbonus

Por último, si finalmente están convencidos, ¿en quién deben confiar?

Cabe decir que, por muy conveniente que sea, la complejidad de la burocracia necesaria para realizar una intervención apoyada por el Superbonus 110% es tal que es imposible que un ciudadano individual pueda pensar en poder concluirlo todo sin consultar a técnicos expertos. Hay muchos riesgos de perder la prestación por simples errores burocráticos. Aunque, como ya se ha dicho, el decreto de simplificación ha reducido el número de trámites necesarios, el procedimiento sigue siendo complejo «a la italiana».

Para empezar, sería recomendable encontrar un termo-técnico especializado, que desarrolle una evaluación objetiva de la clase energética proporcionando el APE previo a la intervención. También es imprescindible un experto fiscal para preparar la documentación necesaria para acceder a la deducción. Asimismo, un ingeniero/arquitecto/geometrista designado para seguir los trabajos de la empresa seleccionada coordinará todas las intervenciones. La última figura necesaria es el técnico que debe preparar la aseveración durante y al final de la obra.

Cabe preguntarse cuál es el papel de la ENEA y de la Agencia Tributaria. Las actividades de verificación y control de carácter técnico están encomendadas a ENEA, de acuerdo con la DM Asseverazioni. Mientras que las de carácter fiscal se confían a la Agencia Tributaria, de acuerdo con sus circulares sobre deducciones.

Si aún no están desanimados, sino que quieren aprovechar el tiempo que les queda para acceder a los incentivos a la construcción, hay muchos organismos que nacieron para apoyar a los particulares. El sitio web de CLM Design & Concract, por ejemplo, muestra que el individuo sólo debe tener voluntad y paciencia. De hecho, asesoran en la planificación de las instalaciones y la energía; el diseño de interiores y la arquitectura; la gestión de los trámites burocráticos y la realización de las propias obras. ¿Por qué no aprovechar una oportunidad única como ésta?