appropriazione culturale

Apropiación cultural: que es y como evitarla

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Belen Espino
By
Anna Quirino

En un mundo global, donde los límites físicos y virtuales colapsan, estamos inundados de información y referencias culturales que vienen de todas partes. Todo se confunde, tanto virtual como físicamente.

Estamos tan inundados de información que es casi imposible saber qué significado puede tener un objeto. Un diseñador podría inspirarse en un tocado visto en Google, durante un viaje a Mumbai o una visita al mercadillo local. Puede que no tenga en cuenta de dónde viene, quién lo hizo, por qué, cuál fue su uso original y en qué contexto.

Mientras que en un mundo pre-global nadie se habría dado cuenta de que un símbolo se usó fuera de su contexto original, en un mundo multiconectado todo es visible. Cualquiera podría, con razón, intentar reclamar la propiedad.

Isabel Marant Etoile 2020-2021 VS Cultura Purépecha

La apropiación cultural es un fenómeno en el que una cultura dominante toma posesión indebidamente de un elemento tradicional de un grupo más débil, privándolo de su significado original, para obtener una ventaja económica. Los objetos de apropiación cultural son manifestaciones culturales y símbolos de la cultura, es decir, ropa, bailes, música, objetos que transmiten una cultura.

Aunque tienden a ser considerados símbolos de un pasado antiguo, los objetos culturales tradicionales son más relevantes que nunca. Son la expresión del poder de autodeterminación y autonomía de un grupo, también herramientas útiles para definir las relaciones con el resto del mundo. Negocian y reafirman la identidad cultural y social en un contexto poscolonial, en el que se reescribe la presencia y el papel de estos grupos.

La apropiación y descontextualización de los objetos culturales tradicionales por parte de las culturas occidentales puede privar a los objetos de su significado intrínseco, despojándolos de lo sagrado y el poder.

Las características de la apropiación cultural

¿Cómo distinguir la apropiación cultural? Una de sus características es la ocasión de «choque» y «sustracción» de elementos identificativos de una cultura que puede ser definida como subordinada, por un hegemónico. Por esta razón, muchos estudiosos consideran el fenómeno como una nueva propuesta de la lógica y un pesado legado del período colonial.

Contextual y consecuente a la resta recién descrita es la dislocación del objeto cultural del contexto original: el símbolo deja de ser una manifestación y se reduce a un objeto o mercancía.

SS 2017 de Marc Jacobs

El tercer elemento es la falta de implicación de la cultura original en el proceso de producción, comercialización o uso de la misma. Esto puede materializarse en ausencia de autorización previa, de mención como autores originales o en el no reconocimiento de indemnizaciones en caso de uso inadecuado o despectivo.

El fenómeno de la industria de la moda

La industria de la moda a menudo ha sido acusada de apropiación cultural. No es ajeno a las formas de explotación a través de las cuales perpetúa el colonialismo europeo, a través del dominio económico del trabajo y el comercio de los países del tercer mundo a los que encarga mano de obra barata.

Un ejemplo reciente se refiere a las protestas de los trabajadores en Bangladesh tras el estallido de la pandemia. Con el cierre de tiendas en todo el mundo, los mayores fabricantes de la industria de la confección cancelaron sus contratos con la mano de obra, interrumpiendo los pagos. La fuerte dependencia del tercer mundo del primer mundo parece evidente y, en consecuencia, innegable.

Victoria’s Secret 2012

En la moda, la relación es aún más compleja. Como es sabido, el fetiche por las culturas extranjeras va de la mano con el nacimiento mismo de la moda, hecha de inspiración y reelaboración. Muchas veces las grandes marcas de moda europeas han presentado colecciones inspiradas o contaminadas por culturas extranjeras. El problema surge porque los individuos pertenecientes a esa misma cultura rara vez participan en su concepción y producción. Las grandes firmas de moda europeas se apropian de técnicas artesanales y prendas tradicionales de culturas extranjeras sin ningún tipo de consideración ni respeto, para recontextualizarlo todo, reduciendo la cultura a un fetiche.

Casos de apropiación cultural en la moda

En 2015, Givenchy dedica una colección al estilo de la South American Cola, las chicas que usan el look de las mujeres de las pandillas latinas de los setenta como medio para reclamar y tomar el poder. Riccardo Tisci, director creativo de la marca, fue ampliamente criticado porque la colección parecía un intento de hacer inofensiva y «white wash» la cultura de los inmigrantes sudamericanos.

En 2018, la portada del primer número de Vogue Arabia presentó a la modelo estadounidense Gigi Hadid, con un velo bordado en el rostro. La directora Deena Aljuhani Abudlaziz fue acusada de intentar adaptar un objeto religioso a los gustos occidentales. Cubrir un símbolo así con un glamour superficial y no elegir un modelo de Oriente Medio ha provocado una lluvia de críticas. Luego, Condé Nast relevó al director del cargo.

Loewe SS18 vs Cultura Otavaleña-Ecuador

En 2015, la diseñadora francesa Isabel Marant creó una colección de ropa femenina copiando el tradicional bordado huipil de la población mixe mexicana. Las prendas de Marant se vendieron por $ 365, el equivalente a $ 4,500, mientras que un vestido tradicional huipil cuesta $ 300. huipil. Después de una disputa legal, el tribunal francés dictaminó que ni Marant ni Antik Batik podían usar más el bordado Mixe. En 2016, entonces, el congreso de la provincia de Oaxaca, junto con la UNESCO, definió el bordado, el diseño y la lengua mixe como patrimonio cultural intocable.

Cómo evitar la apropiación cultural

No se menciona la apropiación cultural cuando existe un acto voluntario de autorización o cesión de derechos. Comprender la importancia del significado de los objetos culturales tradicionales, evitando degradarlos o situarlos en el mero ámbito de la propiedad intelectual, es un buen punto de partida. De esta forma evitamos causar daños económicos y morales.

El twerking, las trenzas, el uso de un velo en la cabeza, son gestos que ahora forman parte de nuestro día a día. El primer y fundamental paso es indagar y luego preguntarse: ¿estoy enriqueciendo mi bagaje personal o simplemente sigo una tendencia que no entiendo?

La belleza de la diversidad es precisamente poder aprender algo nuevo, ir más allá de los estereotipos y romper las barreras del prejuicio. Tanto es así que se mantiene el respeto por las diferencias, ya sean accesorios o símbolos religiosos, solo puede hacer el bien a nuestra sociedad, aprendiendo también de lo que se tiene miedo.