Moda artesanal; patrimonio cultural y tradición

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Belen Espino

La idea de preservar las prácticas ancestrales y la identidad de un pueblo a través de la moda se extiende cada día a más estilistas, productores textiles e industria vinculada al sector de la moda que busca ser sostenible y competitiva al mismo tiempo.

Poco a poco, América Latina, gracias a su riqueza cultural, se está posicionando en un mundo masificado por el consumismo y la producción masiva para dar cabida al artesano único, tradicional y transmitir una historia a través de la ropa o los complementos, implícitos o no contados.

Hablar de artesano significa referirse a la persona que elabora un producto de forma manual o según una técnica adquirida a partir de un patrimonio cultural, sin involucrar un proceso industrial, este es el denominador común que comparten dos marcas: Haki, Dominga Folky una tienda: Pimkay, su Los emprendedores creen que la venta de este tipo de artículo, ropa o complementos es una forma de concienciar a la sociedad en materia de protección al medio ambiente, comercio justo, así como demostrar el legado de un pueblo.

Haki significa hermandad en el idioma navajo (idioma nativo americano); Nació en 2017 como una empresa binacional entre Ecuador y Perú con el objetivo de crear fuentes de trabajo para las mujeres artesanas, garantizándoles seguridad económica, manteniendo la calidad de las piezas que confeccionan y difundiendo el arte del bordado de ambos países.

Según su fundadora, Vicky Almeida, actualmente ofrecen trabajos a 16 bordadoras en total. En el caso de Perú cuentan con el apoyo de la ONG Buckner Perú, que acoge a personas en estado vulnerable por diversos factores, mientras que en Ecuador trabajan directamente con pequeños satélites de las comunidades de la provincia de Imbabura, para ambas naciones el objetivo es para dar trabajo formal a este grupo de mujeres, ya que no tienen seguridad social que las proteja y el objetivo es que «tengan sus propias empresas, para que sean independientes», argumenta.

Con sede en Perú, las creaciones de la marca son diseños exclusivos que se materializan en telas de lino, algodón Pima peruano y certificado orgánico por el Global Organic Textile Standard (GOTS) y FairTradeCertified que fomenta prácticas de comercio justo para garantizar las propiedades de su Vicky añade que «.. . Prefiero trabajar con materias primas locales y que los bocetos se adapten a todas las dimensiones, la idea es que sean piezas únicas, versátiles y atemporales ”.

Por otro lado, está Dominga Folk, su propietaria Gabriela Delgado, voluntaria del movimiento Fashion Revolution en Ecuador que promueve los costos reales de la moda para los consumidores y que cuestiona los procesos detrás de la confección de ropa, hace ocho años. marca como una forma de reevaluar y perpetuar los conocimientos ancestrales de los pueblos andinos ecuatorianos.

Hoy trabaja en la producción de blusas, vestidos, camisas y chaquetas bordadas a mano con algodón importado de India o Perú, según explica que Ecuador no tiene una gran oferta de materias primas en el sector textil. Sin embargo, junto a 25 artesanos de Quito y la comunidad Zuleta de Imbabura con quienes tienen contacto directo, «buscamos una transformación de la marca, particularmente en el área de commodities que sean eco-amigables y preferiblemente locales». dice Gabriela

Comenta que sus diseños han sido aceptados en Colombia y Estados Unidos, y su ropa se encuentra actualmente en tiendas de Cuenca, Guayaquil, Quito y Galápagos, pero no descarta la posibilidad de expandirse.

Identidad es la palabra que define a Pimkay, una joven emprendedora de artículos artesanales, tanto de moda como de muebles, su director creativo, Neilín Álvarez, explica que la principal motivación para abrir esta tienda fue mostrar al mundo de lo que son capaces los ecuatorianos. construyendo a través de herramientas, conocimientos y tejidos.

Después de realizar un estudio de campo en algunas comunidades y ciudades de la costa ecuatoriana y la Sierra, actualmente venden el trabajo de 300 personas entre diseñadores y artesanos, quienes están constantemente informados para la marca sobrios los gustos de los clientes. Además, el 90% de la materia prima es extra a nivel nacional de fibras naturales.

Neilín es consciente del buen uso de los recursos no renovables, por lo que también exige a sus socios colaboradores que mejoren los procesos desde el uso de materiales hasta el embalaje. Asimismo, “Buscamos reactivar la economía circular fomentando el comercio local y abriendo fuentes de empleo”, dice.

Hoy existe el deseo de recuperar, defender, potenciar y potenciar la magia de la artesanía tanto en diseñadores como en consumidores, que ven el aporte de la riqueza ancestral y la moda desde un concepto más amplio y diversificado.