¿Es posible qué artículos de moda con la finalidad de ser reciclados sean parte de una reventa en países del tercer mundo?
A pesar de la preocupación por el medio ambiente y la concientización sobre la sostenibilidad en la moda, el New Standard Institute calcula que cada año se fabrican alrededor 150.000 millones de prendas nuevas.
Sin embargo, son los consumidores comprometidos con el planeta y preocupados por el impacto de la industria de la moda en el medio ambiente, quienes están recurriendo a otras alternativas de consumo como la compra de prendas en el mercado de reventa.
De acuerdo a la revista Forbes, para 2025, la reventa de artículos de moda podría alcanzar los 6.000 millones de dólares en ventas.
Los cambios en los hábitos de consumo están modificando los modelos de negocio de la industria textil al punto que la economía circular está dejando de ser solo una simple tendencia.
Reciclar para un futuro mejor
Según la ONU, se calcula que la industria de la moda es responsable del 8-10% de las emisiones mundiales de carbono.
Y algunas estimaciones indican que de las prendas producidas, el 65% termina en vertederos cada año debido a la sobreproducción textil.
Tanto el reciclaje de textiles como el upcylcing pueden evitar que las prendas terminen en incineradoras, extendiendo su vida útil.
Mientras que el reciclaje se centra en la recuperación de materiales para su reutilización; el upcycling es una forma de reciclaje que convierte un material o producto desechado, en nuevos materiales o productos, dándole una nueva función y valor.
Sin dudas ambas son prácticas beneficiosas, puesto que reducen la utilización de vertederos, reducen el consumo de energía y agua, evitando así la contaminación ambiental.
El negocio lucrativo de la reventa
Los artículos de moda que no se reciclan usualmente son exportados a países en desarrollo.
El comercio mundial de la reventa tiene un valor de más de mil millones de dólares cada año, y se calcula que para 2030 será el doble del mercado de la moda rápida.
Solo entre 2020 y 2021 las exportaciones de prendas usadas crecieron un 31%.
En 2021, la reventa de artículos de moda ocupó un lugar muy alto entre los productos más comercializados del mundo.
De acuerdo al Observatory of Economic Complexity (OEC), en ese año los principales exportadores fueron:
- Estados Unidos: con un valor de $834 Millones
- China: con un valor de $709 Millones
- Reino Unido: con un valor de $386 Millones
- Alemania: con un valor de $359 Millones
- Corea del Sur: con un valor de $324 Millones
Por otro lado, los mayores importadores de prendas usadas fueron:
- Ghana: $214 Millones
- Pakistán: $180 Millones
- Ucrania: $177 Millones
- Emiratos Árabes Unidos: $173 Millones
- Kenia: $169 Millones
Cabe destacar, que países como Nigeria, Sudáfrica y Etiopía han prohibido las importaciones de prendas usadas.
Ghana, Tanzania, Uganda y Ruanda actualmente se encuentran debatiendo imponer restricciones a las importaciones para dar prioridad a sus fabricantes textiles.
El caso Dow
«Otros ven un zapato viejo. Nosotros vemos el futuro. Dale a tus zapatos viejos una nueva oportunidad de vida»
En 2021, y bajo este lema, el gigante estadounidense The Dow Chemical Company, productor de caucho y plástico para suelas de calzado, comunicaba su iniciativa de transformar zapatillas deportivas usadas en instalaciones deportivas, junto al gobierno de Singapur.
De acuerdo al programa, la petroquímica solicitaba a la sociedad que donara en contenedores su calzado usado con la finalidad de reciclar las suelas.
Luego, una planta de reciclaje se encargaría de retirarlas y triturarlas, para la creación de pistas, parques infantiles y campos de deporte.
El problema surgió un año después cuando periodistas de la agencia Reuters, una división de noticias de Thomson Reuters uno de los mayores proveedores internacionales, realizaron un informe sobre el programa de reciclaje.
Para ello, donaron varios pares de zapatillas a los que les colocaron rastreadores ocultos a fin de seguirlas hasta su destino final.
Para su sorpresa, sus donaciones no fueron enviadas a la planta de reciclaje, sino que el exportador de prendas de segunda mano Yok Impex Pte Ltd, recogió el calzado vendiéndolo en tiendas de segunda mano en Indonesia.
Lo curioso es que los periodistas pudieron comprar varios de los pares donados a pesar de que en ese país es ilegal la importación desde que el gobierno lo prohibió en 2015 por considerarlo una amenaza a la salud pública, la industria textil y economía local.
Tras conocer el informe de Reuters, Dow declaró que se encontraba investigando junto con la agencia Sport Singapore y varios patrocinadores del programa.
El responsable de logística de la exportadora dijo que habían sido contratados por una empresa de gestión de residuos que participaba en el programa de reciclaje para recuperar el calzado de los contenedores de donaciones y entregarlos en el almacén de la empresa.
Cuando la agencia se puso en contacto, la compañía les comunicó que la investigación había concluido y que Yok Impex sería retirada del proyecto.
Sin embargo no se explica por qué un exportador de prendas de segunda mano participó en la recogida de calzado de los contenedores de donación.
Otros ejemplos
Pero este no es solo el caso de Dow.
La multinacional sueca H&M afirma desde 2013 que su programa de recolección de prendas es el más grande del mundo en su tipo.
Dice que las prendas recicladas se trituran en fibras textiles y se utilizan para fabricar materiales aislantes, entre otros.
Sin embargo, de acuerdo a Changing Markets Foundation, el programa de devolución aunque sugiera circularidad solo el 0.1% se recicla.
Gran parte de la prendas de estos programas de devolución se envían al extranjero, donde hasta el 40% se deposita en vertederos o se revende.
¿Estrategia para el éxito?
El programa de reciclaje engañoso de Dow, es sólo un ejemplo de greenwashing.
Teniendo en consideración las emisiones de gases de efecto invernadero que se liberan en la producción textil, es crucial la reutilización de materiales ya existentes en la industria de la moda.
Que las firmas adopten acciones de reciclaje es un paso en la dirección correcta pero no podemos aceptar que no hagan lo que a gran voz prometen.
