Planta que crece en la tierra arida

Degradación de la tierra

Visual Curator
Vittoria Rossini
English Translation
Charlotte Garcia
Italian Translation
Bryan Bravo
Author
Luz Acedo

¿Estamos a tiempo de revertir esta situación?

La Asamblea General de Naciones Unidas designó, en 1994, el 17 de Junio como «Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía». Según informes de las Naciones Unidas “el número y la duración de las sequías han aumentado un 29% desde 2000 y, a día de hoy, hay más de 2300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua”. Si esta tendencia continúa, el 95 por ciento de la superficie terrestre de la Tierra podría degradarse para 2050. 

La Convención de lucha contra la desertificación de las Naciones Unidas define a la desertificación como “el proceso de degradación del suelo resultante de factores como las variaciones climáticas o las actividades humanas”. Las áreas más susceptibles de sufrir el efecto de la desertificación y pérdida de tierras fértiles son las áridas, semiáridas y subhúmedas. Es imprescindible entender qué es la desertificación para frenar su avance a través de soluciones efectivas. 

Cada año, el mundo pierde 24.000 millones de toneladas de suelo fértil

ONU
tierra arida y fracturada
Imagén de Joshua Woroniecki-Tierra árida

¿Qué causa la degradación de la tierra?

Las causas de la degradación de la tierra son diversas y suelen estar relacionadas con actividades humanas. Algunas de las principales causas son la deforestación, la tala rasa y el desbroce de tierras. Entendemos por desbroce a la limpieza de terreno, es decir, el proceso de arrancar y despejar la vegetación para preparar el lugar para la construcción de algún proyecto. Estos procedimientos eliminan la cobertura vegetal y exponen el suelo. 

Otra de las causas es el agotamiento de los nutrientes del suelo por prácticas agrícolas deficientes, como por ejemplo el uso excesivo de monocultivos, la ganadería o el pastoreo intensivo, que puede compactar el suelo y reducir su capacidad para retener agua y nutrientes de la tierra. 

plantación
Imagén de Dan Meyers-Monocultivos

Por otra parte el riego inadecuado y la sobreexplotación de acuíferos, pueden llevar a la salinización y alcalinización del suelo, afectando la fertilidad de la tierra. 

También se pueden mencionar la expansión urbana y el desarrollo comercial. Para estos se sella el suelo con asfalto y hormigón, impidiendo su regeneración natural y afectando a los ecosistemas locales. 

Todas estas acciones provocan la pérdida de la capa fértil del suelo, destruyen la biodiversidad y alteran los ciclos hidrológicos y de nutrientes. Generan un impacto negativo en la productividad agrícola y en la sostenibilidad ambiental. Es crucial adoptar prácticas sostenibles para mitigar estos efectos y preservar la salud de nuestros suelos para las generaciones futuras.

Países en riesgo de degradación de tierras

A nivel europeo, España es el país con más riesgo de sufrir desertificación. Alrededor del 75% del territorio se encuentra en grave peligro y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible, en la vertiente mediterránea, la andaluza y las Islas Canarias. Se prevé que los periodos de sequía serán cada vez más intensos y frecuentes. Otros países que corren con la misma suerte son Portugal, Italia, Grecia y Turquía. 

Por otro lado, a nivel mundial los países con mayor riesgo de sufrir desertificación incluyen a China con un 28% de su territorio afectado. Las principales causas son la deforestación, la sobrepoblación y la urbanización. La India con el 26% de su territorio en riesgo y Pakistán que enfrenta importantes problemas de crecimiento de desiertos. 

Además, otros países como Sudán, Somalia, Kenia, Etiopía, Irán, Mongolia, y en América Latina, Argentina, están significativamente afectados. En síntesis, la desertificación es un problema global que afecta a más de 100 países y tiene graves consecuencias para las poblaciones más pobres y vulnerables, especialmente aquellas que dependen de la agricultura de subsistencia.

Las soluciones requieren acción 

A pesar de esta gran problemática, se están llevando a cabo acciones a nivel global para combatir y revertir la degradación de la tierra. Esto es crucial para la sostenibilidad ambiental y la seguridad alimentaria.

Plantas en las manos de una chica
Imagén de Nikola Jovanovic-Plantita

Entre las acciones podemos encontrar: 

Proyectos de reforestación. La Gran Muralla Verde es un proyecto lanzado en 2007 con el propósito de recuperar 8.000 km de bosques a lo ancho de África, revirtiendo la creciente desertificación que provoca sequía, hambre e impulsa la migración. Plantar árboles y reforestar las zonas afectadas por incendios o sequía ayuda a reducir la contaminación atmosférica, genera un aire más limpio y absorbe el CO2.

Restauración de ecosistemas. La ONU ha lanzado el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, con el objetivo de rehabilitar 350 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos degradados para el año 2030.

Prácticas agrícolas sostenibles. Los agricultores están adoptando métodos que protegen el suelo como el uso de abonos orgánicos y técnicas de cultivo conservacionistas. Por ejemplo en Detroit, Estados Unidos, se han transformado terrenos baldíos en granjas urbanas. Canadá cuenta con numerosos proyectos de jardines comunitarios y programas de agricultura urbana que fomentan la sostenibilidad y la educación alimentaria. Además muchos países con espacios reducidos han implementado las granjas verticales, los sistemas hidropónicos y los techos vivos. Otra forma de mantener el suelo es mediante el uso de vallas para frenar el avance de las dunas y crear barreras arbóreas para protegerlo frente a la erosión eólica. 

¿Qué podemos hacer nosotros?

De la mano de la desertificación se encuentra el cuidado del agua. Es importante mejorar la gestión del agua a través del ahorro, la reutilización de las aguas depuradas, el almacenamiento del agua de lluvia o la desalinización. 

regar las plantas
Imagén de David Ballew-Regar las plantas

Por otro lado, el enriquecimiento y la fertilización del suelo a través de la regeneración de la cubierta vegetal y empleo de pesticidas naturales. Es importante conocer y permitir el desarrollo de especies de árboles nativos en la agricultura y en la jardinería así como también utilizar abonos orgánicos para enriquecer el suelo.

Estas prácticas sostenibles de tierras promueven la aplicación de métodos tradicionales y comunitarios para evitar la degradación adicional. Además van de la mano de la educación y concientización de la población sobre la importancia de cuidar el suelo y evitar prácticas que contribuyan a su degradación. 

Las acciones buscan no solo detener la degradación de la tierra sino también revertir los daños ya causados, mejorando así la salud de los ecosistemas y la calidad de vida de las personas que dependen de ellos. Contribuyen a la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Si todos tomamos medidas conscientes, podemos hacer una gran diferencia en la protección y restauración de nuestros ecosistemas terrestres.