three sitting girls in red

Economía menstrual: salud y derechos humanos

Author
Emy Daniela Díaz
Visual Curator
Xueyun Chen
English Translation
Charlotte Garcia
Italian Translation
Chiara Conti

A nivel mundial la salud de millones de mujeres y niñas está en riesgo de manera permanente. Tanto por los conflictos que supone vivir la pobreza menstrual, como por la ausencia de políticas públicas que aseguren una economía menstrual. En este campo hace falta implementar dignidad, derechos humanos y acceso igualitario. El Banco Mundial (2022) establece que alrededor de 500 millones de mujeres y niñas luchan por acceder a productos para el periodo menstrual. Y a espacios seguros, privados e higiénicos para usarlos. La falta de accesibilidad y el estigma asociado con la menstruación, tiene efectos negativos de gran alcance.

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Ninas sentados cerca del rio
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Efectos de la pobreza menstrual

Según Zárate (2023) a una mujer en situación de extrema pobreza, gestionar la menstruación le cuesta 22 veces más que a una con ingresos altos. En este contexto la pobreza menstrual puede tener graves consecuencias para la salud física, emocional y social. Esto incluye infecciones del tracto reproductivo, ausentismo escolar o laboral, estigmatización y exclusión social. La falta de acceso a productos de higiene menstrual adecuados limita las oportunidades educativas y laborales de las mujeres y niñas. Esto puede perpetuar en el tiempo y por generaciones ciclos de pobreza. Así, estas limitaciones económicas, sociales y culturales se transforman en barreras de acceso a derechos humanos.

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Derechos humanos y moda

Pobreza menstrual y su impacto en el mundo

Las Naciones Unidas (2023) establecen que ​​la salud e higiene menstrual deficiente menoscaba los derechos fundamentales de las mujeres, las niñas y las personas que menstrúan. Por ejemplo el derecho al trabajo digno y a la educación. Especialmente en países donde el acceso a productos de higiene menstrual es limitado o inexistente.

Por ejemplo, las Naciones Unidas (2023) establecen que en Gambia, la nación más pequeña de África, la pobreza menstrual está extendida por todo el país. Y afecta con más dureza a las zonas rurales. Es así como algunas niñas faltan a la escuela unos cinco días al mes por falta de productos menstruales e instalaciones sanitarias. En el 2021, el Gobierno Argentino identificó que la menstruación representa un costo extra para las mujeres y personas que menstrúan. Implica pagar, por año, el 44% de una Canasta Básica Alimentaria. También en Inglaterra la Secretaría General del Sindicato Nacional de Educación afirmó que en el 2018 más de 1.370 000 estudiantes se ausentaron de sus instituciones educativas. El motivo fue: no poder gestionar adecuadamente su menstruación.

Prácticas positivas de economía menstrual

Algunos países han diseñado políticas y programas para la economía menstrual. Por ejemplo:

  • Escocia. En el 2022, se convirtió en el primer país del mundo en ofrecer productos de higiene menstrual gratuitos en lugares públicos como escuelas, universidades y centros comunitarios. Esta medida fue parte de la Ley de Productos para la menstruación.
  • Kenia. En 2017, eliminó el impuesto de los productos de higiene menstrual para que sean accesibles para las mujeres y niñas en el país.
  • Canadá. En 2015, eliminó el impuesto sobre los productos de higiene menstrual, reconociendo que son necesidades básicas y no deberían gravar impuestos.
  • Colombia. en el 2018 fue el primer país latino en eliminar el impuesto a toallas higiénicas y tampones. Estableciendo que son productos insustituibles y su costo extra va contra la igualdad de género.

Activismo y economía menstrual

Con relación a experiencias de activismos, la figura de Dipisha Bhujel surge en este escenario. Ella es una activista menstrual de Nepal que ha trabajado incansablemente para abordar la pobreza menstrual y promover la conciencia sobre la menstruación en su país. A temprana edad, ella identificó las dificultades que enfrentaban las mujeres y niñas en Nepal debido a la falta de acceso a productos de higiene menstrual.

Dipisha fundó «Pad2Go», una organización sin fines de lucro que se dedica a proporcionar productos de higiene menstrual a mujeres y niñas en comunidades rurales y marginadas de Nepal. A través de su trabajo con Pad2Go, la activista ha distribuido miles de toallas sanitarias y copas menstruales. También ha brindado educación sobre la menstruación y la importancia de mantener una buena higiene menstrual.

Además, Dipisha ha sido una voz activa en la lucha contra el estigma y la vergüenza asociados con la menstruación en Nepal. Ha participado en campañas de concienciación y ha abogado por políticas públicas que garanticen el acceso equitativo a productos de higiene menstrual para todas las mujeres y niñas. Bhujel es una destacada activista menstrual que ha dedicado su vida a mejorar las condiciones de las mujeres y niñas en Nepal, trabajando para combatir la pobreza menstrual y promover la igualdad de género. Una tarea colectiva y responsabilidad de todos los gobiernos en el mundo.