Musgo en la selva tropical

La verdad sobre la selva amazónica

¿Qué está pasando en la Amazonía y por qué debería preocuparnos?

Author
Elizabeth Valverde
Visual Curator
Xueyun Chen
English Translation
Charlotte Garcia
Italian Translation
Bryan Bravo

La Amazonía es el bosque tropical más extenso del planeta. Con un área de unos 7 millones de kilómetros cuadrados es una de las regiones con mayor biodiversidad del mundo. De ahí, su papel como regulador del cambio climático. Su extensión abarca un 40% del continente sudamericano (y un 4,9% del área continental mundial). Está ubicado entre 9 países, de los cuales Brasil y Perú son los que mayor área de la selva amazónica poseen.

Pero la selva amazónica no está compuesto solo de selva verde. En una entrevista realizada por National Geographic al investigador Pedro Viana, este revela que el Amazonas es, en realidad, un bioma de gran diversidad. Es decir, un conjunto de ecosistemas que interactúan entre sí. Este bioma puede separarse en seis ecosistemas principales: bosque de tierra seca, bosque de llanura aluvial, pantanos, sabanas, refugios de montañas y manglares. Los beneficios que este bioma nos ofrece son esenciales para el equilibrio climático y actividades humanas como la agricultura. Además, aquí se encuentra la cuenca del río Amazonas, el más largo y caudaloso del mundo, y una de las mayores fuentes de agua dulce en el mundo (contiene 20% del agua dulce de la superficie del planeta).

Imagen de Elias Tigiser – Helechos de la selva tropical

En grave peligro

Hoy en día el Amazonas se encuentra más comprometido que nunca, y con ello también nuestra existencia. Diversas presiones, de causa humana y natural, están poniendo en peligro a comunidades y cientos de especies que habitan en la selva más grande del mundo. Distintas medios y organizaciones, como National Geographic o WWF, consideran como las principales amenazas a las siguientes problemáticas.

Deforestación

Según la WWF, entre el año 2000 y el 2013 la Amazonía perdió el 4,7% de sus bosques, mientras que la expansión de pastos y áreas de cultivos aumentó. Esta es considerada la causa principal de deforestación en la región. De continuar con ese ritmo, se estima que para el 2030 se perderá el 27% de los bosques, lo cual tendrá una repercusión significativa en la vida de todo el planeta tierra.

Otras causas de deforestación son la tala indiscriminada y la quema de grandes áreas de bosque, ya sea de índole natural (por el aumento de temperaturas) o provocadas por el ser humano.

tala de árboles
Imagen de Karolina Grabowska – Tala de árboles

Incendios en la selva amazónica

Otra de las graves amenazas a la vida amazónica radica en el aumento de incendios forestales en los últimos años. Muchos de estos incendios se deben a la deforestación para pastoreo. Los incendios naturales en esta región son mínimos e incluso improbables para National Grographic, debido a las características de la zona. Los incendios se generaban una vez entre 400 y 1000 años, pero la destrucción que conlleva es mucho más severa que en otros lugares. Si bien el fuego no alcanza grandes alturas, avanza lentamente y se propaga en la base de los troncos, induciendo a la muerte de muchos árboles. Un daño irrevertible, que consumiría también las semillas existentes y empobrecería los suelos, dificultando altamente la probabilidad de recuperación.

Los bosques tropicales se componen de especies que no están adaptadas a incendios, pues su desarrollo requiere de muchos años y su ecosistema está conformado por muchas especies distintas. En las próximas décadas, la deforestación ayudada por el cambio climático, que genera condiciones cada vez más secas y calurosas, incrementaría la frecuencia e intensidad de los incendios.

Minería y explotación de hidrocarburos

La gran reserva de minerales que posee la Amazonía no ha pasado desapercibida para las grandes corporaciones que anhelan extraer los recursos que esta ofrece, convirtiendo esa gran riqueza en una de sus grandes amenazas.

Se calcula que un 15% del Amazonas está en manos de empresas mineras, de petróleo, y de gas, gracias a concesiones y contratos que no excluyen ni siquiera a las áreas protegidas de estas actividades tan devastadoras. Cientos de concesiones ya han sido entregadas y miles más están pendientes de aprobación. Además de la pérdida de flora y fauna, estas actividades afectan especialmente a las comunidades indígenas, poniendo en riesgo más del 37% de su territorio. Los efectos de estas actividades no terminan ahí. El daño colateral continúa repercutiendo en la vida de la selva. La extracción del oro, por ejemplo, aumenta la deforestación en la Amazonía y contamina el agua, tierra y aire del lugar al utilizar mercurio en su refinamiento.  

Represas hidroeléctricas en la selva amazónica

Todos sabemos que la energía hidroeléctrica es una fuente limpia para generar electricidad. Sabemos que es una fuente renovable porque aprovecha la fuerza natural del agua para producir energía. Sí. Pero, probablemente, no conocemos algunos de los impactos que produce su construcción, especialmente en zonas de la Amazonía.

Según datos de la WWF, existen 154 represas hidroeléctricas en la selva amazónica y se planea añadir casi 300 más. Este aumento significativo de represas representaría una amenaza importante para la ecología. No solo altera el flujo natural de los ríos, sino que transforma enormemente los ecosistemas alterando los ciclos naturales y poniendo en peligro a los peces migratorios, como los bagres dorados, interrumpiendo su tránsito. Además, perjudicaría a especies que ya se encuentran en peligro de extinción como los delfines rosados.

Por otro lado, la construcción de estas instalaciones tiene como consecuencia la deforestación (que se da entre 40 y 100 km alrededor de la hidroeléctrica). Y, en muchos casos, el área destinada se superpone con áreas protegidas o territorios indígenas, causando enormes transformaciones para todos los que habitan la zona.

Agua
Imagen de Todd Trapani – Agua

Agricultura intensiva

La agricultura es una de las actividades que ha generado mayores pérdidas de hábitat natural, causando grandes transformaciones en el suelo amazónico. Los cultivos de soja y palma de aceite son los que más terreno han afectado, debido a la inmensa demanda de estos. Ninguno de estos es propio de la región, pero ha encontrado en su terreno un ambiente propicio para desarrollarse y se estima que su cultivo seguirá aumentando más que cualquier otro producto local.

La introducción de especies no endémicas puede tener graves consecuencias en la biodiversidad y ecosistema de la zona, siendo una de ellas la disminución, e incluso extinción, de aquellas especies que sí son nativas. De la misma manera, el aumento de la demanda de ganado, para la producción de carne y leche, impacta fuertemente en la Amazonía al requerir vastas áreas para esta actividad. La ganadería se ha convertido en la principal causa de deforestación de países como Brasil. Es uno de los países con mayor ganado comercial del mundo y requiere de grandes cantidades de campo para la alimentación de reses.

Vías de transporte en la selva amazónica

La construcción de carreteras es clave para la comunicación en un país. Así como también para el comercio con los países vecinos. El problema, es que cuando estas vías cruzan áreas silvestres repercuten en todo el ecosistema obligando a la vida animal a retroceder. Se invaden sus espacios.

El creciente interés del Oriente asiático en los productos y materia prima que ofrece el continente sudamericano promueve el mercado de exportación y con ello, la construcción de nuevas rutas para facilitar dicha actividad. Desde carreteras y vías férreas al aumento de transporte fluvial se erigen para conectar los mercados y desarrollo de los países. A su vez causaría la pérdida de grandes áreas de bosque y sus ecosistemas.

Un ejemplo es la carretera interoceánica que une a Perú y Brasil, que, si bien facilita el acceso para el comercio internacional, ha atravesado áreas de selva que aún se conservaban sin mucha intervención humana entre Madre de Dios (Perú) y Acre (Brasil). Actualmente existen mas de 20 proyectos de carreteras que ejercen presión para su construcción en la Amazonía.

Cambios en la legislación de áreas protegidas

Una de las principales amenazas de la selva amazónica responde al interés de los gobiernos (y gobernantes), de los distintos países que comparten territorio amazónico. Con fines políticos o monetarios, los constantes cambios en las leyes destinadas a proteger las áreas naturales resultan altamente preocupantes.

Estos cambios son generados con el fin de permitir una mayor cantidad de actividades productivas en áreas que se encontraban protegidas, poniendo en riesgo su conservación a través de legislaciones débiles o, incluso, dejando vacíos legales para inhabilitar cualquier impedimento a dicha actividad. Múltiples maniobras se ejecutan desde los altos mandos para aprobar estas concesiones que ocasionan reducción de las áreas protegidas, o en el peor caso, una abolición de su estado de protección, dejando la zona libre para su explotación.

Pesca indiscriminada

La llegada de grandes pesqueras a la Amazonía afecta al ecosistema fluvial, causando un gran desequilibrio en las especies acuáticas, y que supondría un grave peligro en el futuro de no regularse apropiadamente. La sobreexplotación de los ríos, una pesca continua, de grandes cantidades, podría acabar con muchas especies de peces amazónicos. Además de la gran contaminación que generaría en las aguas el aumento de embarcaciones a motor utilizados en la pesca industrial.

Asimismo, afectaría a las comunidades autóctonas que tienen a la pesca como una de las principales actividades para su subsistencia.

Pez
Imagen de Oziel Gómez – Peces

Inseguridad

El aumento de mafias dedicadas al control de los recursos, la autoapropiación de terrenos, el pago de cupos, el narcotráfico, y el tráfico ilegal de animales, son algunas de las principales problemáticas que enfrentan las autoridades y habitantes de la región amazónica. Estas actividades delincuenciales no solo perjudican a las especies de la zona que se ven amenazadas, sino que también pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos próximos a las estas zonas.

Cambio climático

Sí, el cambio climático es una consecuencia, pero también es un factor de amenaza para la Amazonía. Con el aumento notable de la temperatura mundial no es difícil imaginar los efectos que tendrá en los bosques del mundo. Así, se prevé que los incendios en la Amazonía, antes escasos, aumentarán. Con ello se perderían grandes hectáreas de la selva, además de perjudicar a las distintas especies que habitan el lugar. Pérdidas que serían cada vez más difíciles de evitar y recuperar, y que, gracias al papel de la Amazonía en el mundo, terminaría afectando negativamente a la vida de todo el planeta.

Con la disminución de la extensión de la Amazonía se perdería una gran fuente de absorción de carbono (uno de los principales gases efecto invernadero), lo cual tendría graves consecuencias en el balance climático del planeta, ya que se trata de un ecosistema de importancia a nivel global.

¿Qué podemos hacer por la Amazonía?

La protección de la selva amazónica es fundamental para la salud y bienestar de todo el planeta”

David Attenborough

Los cambios de leyes ambientales, permisos sin fundamento, favores políticos, entre otros actos de corrupción se encuentran plagados en las sillas de poder. Muchos de los problemas recaen en las autoridades correspondientes. Eso no quiere decir que como ciudadanos no podamos poner de nuestra parte para contribuir a la conservación de la selva amazónica. Necesitamos reformas que aseguren la protección de la enorme biodiversidad del Amazonas. Hagamos que sea un punto pendiente en la agenda de todo gobernante y exijamos cambios que favorezcan a la conservación de estas áreas.

Alza tu voz. Si no estás de acuerdo con alguna decisión del gobierno hazte escuchar, seguramente muchas personas y organizaciones comparten tu visión y preocupación por el planeta. Divulga a tus conocidos, haz correr la voz de lo que está sucediendo detrás de escena y las irregularidades que se cometen.

Informa. La información está ahí, pero muchas veces no sabemos lo que está pasando. Comenta con tu familia, tus amigos, tus colegas, así ayudarás a que los demás estén informados y empiecen a tomar conciencia sobre las repercusiones del cambio climático.

Selecciona. Trata de evitar los productos que no te informan adecuadamente sobre la obtención de sus materiales. Mientras disminuyamos el consumo de productos como el aceite de palma, la demanda también se reducirá y con ello su cultivo en zonas ajenas a su lugar de origen, como la Amazonía.

Investiga. No solo para evitar a las empresas que trabajan en estas áreas extrayendo recursos, si no para apoyar a quienes lo hacen de manera responsable y contribuyen a la protección de las mismas. Averigua cómo puedes apoyar. Y, si decides donar a alguna organización o centro de conservación verifica su trabajo, involúcrate y asegúrate de que tu donación sea bien aprovechada.

Los desafíos son enormes y desalentadores, pero juntos podemos lograr grandes cambios. A luchar por la Amazonía, aún queda mucho por proteger y conservar. No esperemos que la situación llegue a un punto de no retorno para recién actuar. Plantar árboles no es suficiente para compensar lo que se pierde. No dejemos que perezca una de las áreas más diversas del planeta, una que además cumple un rol fundamental para mitigar el cambio climático.