nino jugando en la naturaleza

La importancia de la naturaleza en la educación infantil

Author
Elizabeth Valverde
Visual Curator
Vittoria Rossini
English Translation
Bryan Bravo
Italian Translation
Bryan Bravo

Es innegable la necesidad humana de contacto con la naturaleza. Sobre todo, en el mundo moderno, plagado de rutinas apremiantes que parecen no acabar nunca. Dejamos de hacer una cosa para empezar otra. Una tarea tras otra, nos encontramos hundidos en un bucle de estrés y ruido de motores, alarmas y notificaciones.

Empezamos a construir hacia arriba, aislarnos tras pantallas y olvidarnos del mundo fuera de nuestras paredes. Un mundo con mucho que dar, pero también con mucho que cuidar.

niña jugando con celular
Image by Zhenzhong Liu (Unsplash)

Conforme fueron creciendo nuestros rascacielos, fuimos perdiendo conexión con la calma que nos ofrece la naturaleza. Huimos de los campos para concentrarnos en ciudades que lo tienen todo, excepto quizás, esa conexión que hoy tanto anhelamos.

Y es que, ante el ritmo de la vida actual, la desconexión que nos permite la naturaleza es como un oasis en medio del desierto. Necesitamos ese momento, por más pequeño, para respirar, relajarnos y continuar.

Al menos eso nos sucede como adultos.

¿Qué pasa cuando un niño crece alejado de la naturaleza? ¿Y qué puede significar para su desarrollo la inclusión de estos espacios? Especialmente cuando los vestigios de la naturaleza son cada vez más desplazados y se requiere de reservas para salvaguardar lo que aún queda de ellos.

Los niños y la naturaleza

Todos podemos inferir los beneficios que la naturaleza tiene en los niños. Por eso, la falta de incentivo por parte de los gobiernos y sistemas educativos resulta inverosímil.

Pero, en caso quede alguna duda, The Wildlife Trust junto a The Instute of Education at University College London (UCL) ponen los datos sobre la mesa gracias a su investigación sobre el impacto que tiene el experimentar con la naturaleza en los niños de primaria.

En él, señalan que, efectivamente, su bienestar aumenta a medida que pasan un mayor tiempo en contacto con la naturaleza. Su salud mental y física se ve ampliamente favorecida, especialmente de aquellos que reportaron niveles bajos al inicio del estudio.

niño caminando en la naturaleza
Image by Daiga Ellaby (Unsplash)

Los niños muestran no solo un mayor interés al mundo que les rodea, sino que también presentan una mayor motivación respecto a sus estudios, un aumento de su curiosidad y capacidad de observación. Ellos mismos reconocen que estas experiencias les permiten aprender más acerca del mundo natural, disfrutar de éste y sentirse capaces de hacer y probar cosas nuevas.

Asimismo, indican que hay muchas formas de conectar con la naturaleza, y que las identidades individuales de cada niño deben ser tomadas en cuenta para un mejor resultado. Las preferencias de cada estudiante estarán ligadas a su disposición frente a tales actividades. Por ejemplo, algunos preferirán deportes al aire libre o actividades que requieran esfuerzo físico. Otros estarán más interesados en estudiar las plantas y animales que ven a su alrededor. Así, los esfuerzos de la educación en la naturaleza deben contemplar las cualidades e intereses de los niños para lograr una mejor integración, y una experiencia más completa, al trabajar desde las distintas disciplinas escolares para llegar a todos los niños.

Probablemente resulte desafiante al inicio, al tener que adaptar las clases a un modelo y ambiente diferente, pero sin duda los resultados son alentadores, y los beneficios significativos. Aquellos niños del estudio se sintieron más seguros de sí mismos, más asertivos, y mostraron una mejor relación con sus compañeros y maestros. Mejoraron su rendimiento académico y sus habilidades sociales.

Y no solo eso. Uno de los resultados más interesantes de este estudio es acerca de la conexión con la naturaleza. Ese vinculo que nos permite sentirnos parte de, y mirar más allá de nuestro espacio. Esa cercanía emocional que toma a la naturaleza como parte de nuestra identidad, como extensión de nuestro ser. Una conexión necesaria, hoy más que nunca, para poder enfrentarnos a las cuestiones medio ambientales que imperan.

Estas actividades favorecen el desarrollo de habilidades cruciales, como la empatía, no solo entre nuestros pares sino también con su entorno y los seres vivos que habitan en él. La conexión genera amor por la naturaleza y preocupación sincera por esta.

Nadie protegerá lo que no le importa; y a nadie le importará lo que nunca ha experimentado

Sir David Attenborough

Tal como dice Sir David Attenborough, cuando uno entiende lo que está en juego, estará más dispuesto a salvaguardar lo que nos queda. ¿Cómo? Cambiando hábitos, modificando pensamientos y conductas negativas que ponen en peligro la vida entera del planeta.

Cuando un niño realmente adquiere conciencia ambiental, se está dando un gran paso para ayudar a la tierra. ¿Por qué? Porque este niño crecerá con mejores hábitos, estará inmiscuido en su ser la protección de los ecosistemas y evitará acciones que puedan dañarlos. Cuidará de los seres que lo rodean, podrá liderar cambios desde su familia y comunidades. No caerá en los mismos errores que las generaciones anteriores y será capaz de actuar acertadamente, con valores, en cualquier entorno que se desenvuelva. Valores que se expresan en la protección ambiental, de animales y plantas, en reducción de gasto energético, mejor aprovechamiento de los recursos, entre otros.

Imaginemos lo que significaría para la sociedad si creciéramos con esos valores adjuntos a nuestra forma de ver el mundo. Sin duda, tendríamos personas con mayor conciencia liderando países, empresas, instituciones; personas que realmente se preocupen por el bienestar de todo ser, y que buscarían brindar una mejor calidad de vida en lugar de solo ganancias.

niños en la naturaleza
Image by Marcus Wallis (Unsplash)

Desarrollar este tipo de conexión con la naturaleza es de vital importancia para las generaciones venideras, quienes enfrentarán desafíos cada vez mayores si la mentalidad actual permanece igual. Aquí, la formación escolar juega un rol fundamental para sentar las bases de la futura sociedad. Una sociedad más consciente y respetuosa con su planeta, más saludable y feliz.

Poco a poco, este modelo educativo va tomando presencia en el panorama mundial. A continuación, algunos ejemplos de instituciones educativas que promueven este enfoque, con el fin de mejorar la salud mental de sus estudiantes, su aprendizaje y la ética medioambiental.

Programa Children & Nature, de Natural England

Natural England es un organismo público ejecutivo no departamental respaldado por el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales del Reino Unido. Su fin es proteger y restaurar el mundo natural, así como acercar la naturaleza a la gente e incentivarles a involucrarse con su entorno.

Al ser testigos de las numerosas ventajas que ofrece la naturaleza para las personas, crearon el programa Niños y Naturaleza junto al Departamento de Educación para garantizar el aprendizaje en todos los niveles de educación.

niños jugando
Image by Artem Kniaz (Unsplash)

Es a través de distintos proyectos y asociaciones locales que aplican esta iniciativa para maximizar los beneficios. Por ejemplo, mejoras de terrenos escolares con la construcción de área verdes, visitas a bosques y reservas naturales, campamentos de investigación, etc.

Su labor, patrocinada desde el gobierno, es clave para eliminar las barreras de acceso a la naturaleza y brindar oportunidad de experiencia a las zonas más desfavorecidas. Un acceso que debe ser global, sin distinciones sociales o económicas.

Si los gobiernos tomaran acción para fomentar el modelo educativo, permitirían que llegara a más personas a nivel nacional. Asegurar la calidad de vida de toda la población es responsabilidad del gobierno. Así, todos los ciudadanos deberían tener la oportunidad de experimentar y encontrarse con la naturaleza.

Granja escuela Amalaka

Ubicado en Colombia, es la única institución educativa del país situada en una reserva natural de sociedad civil. Se trata de un área privada cedida con el fin de conservar la naturaleza y contribuir a la protección de ecosistemas locales y regionales).

Fue creada hace 27 años con el objetivo de servir como un centro de aprendizaje e investigación para estudiantes. Es un espacio donde se trabaja entorno al cuidado del medio ambiente, de la conservación y ecología; y se incentiva la investigación científica, educación ambiental y la agroecología.

Como pioneros su camino no es fácil, pero no se rinden ante las dificultades, pues con su proyecto han logrado restaurar parte de la flora y fauna de la zona. Además, los niños disfrutan de las experiencias brindadas que motivan su formación.

Por si fuera poco, han sido premiados con el primer puesto de Escuelas Sostenibles, reconociendo su labor educativa y social, al promover la sostenibilidad en toda la zona.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan hoy es la construcción de una doble vía que destruiría parte de la reserva natural, que la Agencia Nacional de Infraestructura amenaza con realizar sin tener en cuenta las alternativas propuestas por la misma escuela.

Reserva Natural Privada Sister de Maryknoll

Es catalogada como la primera reserva natural voluntaria de un centro educativo asociada a reservas naturales privadas en Latinoamérica. Su terreno, una de las pocas áreas boscosas dentro de la capital, abarca unas 10 hectáreas que colindan con el área protegida de la Universidad San Carlos, cercanas al Parque Nacional Naciones Unidas.

niño esacala un arbol
Image by Annie Spratt (Unsplash)

La reserva forma parte del Colegio Monte María ubicado en Guatemala. Ahí las alumnas resguardan las especies que habitan en el lugar y colaboran con la protección del bosque, como parte de los proyectos eco pedagógicos. La misión de la institución es formar ciudadanos con conciencia social y comunitaria que contribuyan a construir una sociedad más justa y sana. Para ello, parten de una educación ambiental integrada que fomenta valores asociados a la conservación, respeto y amor a los seres vivos; e incentiva a los estudiantes, de todos los grados, y desde todas las áreas académicas, a participar activamente en el cuidado de la naturaleza, a través de distintas actividades.

A veces parece casi extraño pensar que se necesita tanto trabajo para preservar la naturaleza, cuya existencia nos mantiene con vida, que pero paradójicamente estamos destruyendo a un ritmo muy rápido. Como habitantes responsables de este planeta, no podemos dejar de apoyar iniciativas en las que los niños, nuestras generaciones futuras, sean sensibilizados y educados en el respeto y el amor hacia el medio ambiente cuya preservación es un deber moral para todos nosotros.